jueves, 6 de noviembre de 2008

La prohibición de los hombres anuncio

A don Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, se le ha metido entre ceja y ceja que por las calles de la Villa y Corte dejen de pulular hombres anuncio, afirmando el mandamás municipal que es un trabajo indecente y vejatorio para quien la ejerce.
A mi no es que me apasione ver a personas paseando por la calle envueltas en dos tablones anunciando tal desodorante o cual rebaja. Pero me disculpará Ruiz Gallardón si pienso que, en la lista de actitudes y oficios indeseables para el ser humano, difícilmente esta estaría en un puesto destacado.
Preocúpense sus señorías no sólo de los hombres anuncio: haganlo también de las mujeres que venden su cuerpo a cambio de unas migajas a plena luz del día y en céntricas calles de cualquier ciudad española. Y no lo hagan desde la óptica progre y chachiguay del "te vamos a ayudar" o "estamos contigo". Sean valientes. Legalicen la prostitución, que estas mujeres cotizen a la Seguridad Social, saquen a la luz el dinero y la economía sumergida de ese negocio y pongan condiciones para ejercer el oficio más antiguo del mundo. Condiciones como hacerlo en un lugar privado, alejado de los cascos urbanos. Porque a mi, que no soy padre, más que tener a una persona anunciando tarjetas móviles cartulina al pecho me preocuparía que a escasos metros de donde juegan mis hijos demacradas prostitutas, hembras antes que mujeres, ejercieran su profesión.
Preocupense sus señorías de los pisos patera. De como personas llegadas de todo el mundo, en busca de una vida mejor, trabajan dia y noche, en condiciones muchas veces irracionales, para pagar el dinero que les permitió cruzar el Estrecho o entrar en Barajas como turista para ser esclavos en plena urbe. No olviden, don Alberto y compañía, que eso si es un drama humano.
Ocupense sus señorías de los jóvenes que son contratados por horas, por culpa de las dichosas Empresas de Trabajo Temporal, a las que encima hay que pagar el porcentaje de la miseria correspondiente. Y échenle un vistazo a la justicia. A mi si me parece atentatorio contra la dignidad humana que a un padre le secuestren, torturen, violen y maten a una hija y lo quieran meter en la cárcel por denunciar fallos en la investigación, con mayor o menor acritud. Dénse, pues, una vuelta por Valencia y pregunten por Fernando García Mediano.
No me gustaría ser hombre anuncio, lo confieso. Pero si ese trabajo es honrado, cotiza y permite subsistir o ganarse un dinero extra a quien asoma la cabeza entre ofertas de mortadela y lencería femenina, no tengo nada en contra. Por cierto, si prohibimos los hombres anuncio, ¿qué pasa con Fernando Alonso, David Meca, Rafael Nadal y un largo etcétera de deportistas que lucen infinidad de marcas comerciales hasta para ir a tirar la basura?.
Por cierto ¿alguien ha hablado con los hombres anuncio?. Algo tendrán que decir.

2 comentarios:

juanjo coronado dijo...

Sin ningún problema. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

gracias por autorizarnos a destacar algun articulo tuyo espero que nos vincules a tu blog saludos